Ojos azucarados
(bellísima
expresión que tomo de la inspiración
del
escritor mexicano Juan Rulfo)
Siendo las confesiones
buenas para el alma…, yo confieso que desde que le escuché decir al Presidente
de la República Oriental del Uruguay, Tabaré Vázquez
(en la última Cumbre de Jefes de Estados
del MERCOSUR celebrada, el 21 de diciembre de 2017, en Brasilia), que la “…integración no es amor…”, es
como que se hubiese inoculado en mí un antígeno… y la reacción que produjo fue
que no pude dejar de pensar en esa afirmación… no constituyendo la intención de
esta nota realizar una exégesis de toda la exposición del Presidente Tabaré
Vázquez.
Por las señales que de súbito aparecieron procedí, como
nunca, a auscultarme tanto como a examinar mi ángulo y nervio ópticos…
arribando a la conclusión que contraje
(por los síntomas, aconteció hace mucho
tiempo atrás) el “síndrome de ojos
azucarados” frente a la integración regional…
Y cuando a uno lo
“aqueja” el síndrome, se atreve con candor a decir que, comulgar con los ideales
de una “superior” integración regional, es una oportunidad para rebasar
nuestra, la propia, temporalidad…
Es por ello que escribí, en la presentación de este Blog, como una suerte de profesión de fe, “creo en la integración regional”.
Es también indicativo
del síndrome, adscribir a una integración regional que debe propender a estar
completa de ciudadanía… pues está repleta de
historia… y ese destino común, que es la Patria Grande, debe pervivir más allá
de nuestras “temporales” historias…
En el reconocimiento de los prohombres de la integración
regional, en la impronta que nos legaron, es donde se debe abrevar… para hallar
o recobrar las fuerzas para acometer lo que haya que ejecutar… que será también la lucha, con entereza y
responsabilidad, por aquellos a quienes, por amor, llamamos a la vida…
Antes de continuar,
permitan una digresión (que, en el fondo,
no es tal)… Por lo expuesto, es que concluí mi anterior publicación en este
Blog (me
refiero a Repudio - http://drdanielrosano.blogspot.com.ar/2018/01/repudio.html
- ante la disolución, por parte de la Gestión del Intendente Molina del espacio
político Cambiemos, de la Dirección General de Relaciones Regionales,
Intermunicipales e Internacionales - que se constituye en un retroceso con
eventuales implicancias en la competencia por alcanzar un lugar propio en un
mundo globalizado… afectando, claramente, el interés municipal…) diciendo: “volveremos…” (no me
atrevería a decir cuándo…), pero volveremos… así lo siento y anhelo… y será
preciso…, será preciso para ir hacia adelante…, para reconstruir…, sí… para
reconstruir lo que dejarán aquellos que no se reconocen en un marco mayor de un
subcontinente… para incluir a los municipios en el gran sueño de la Patria
Grande”.
Los que “padecemos”
este “síndrome de ojos azucarados”, visualizamos a la Patria Grande como una
unidad dentro de una gran y rica diversidad… y pensamos que no alcanzará nunca con
una integración regional con preponderancia del comercio y la economía… Desde
ya, que no se le debe quitar importancia a estas dimensiones… pero no bastan…
como tampoco bastaría la razón o la normativa pura… El alma de la integración,
como la del hombre, no es sólo mercado, razón y/o norma… como pueden creer algunos
economistas o intelectuales… En la integración se cobijan la historia, la
cultura, los mitos, las leyendas, los sueños, las costumbres, la música, la
fraternidad, la pasión, las tradiciones, los símbolos (en la Bandera del MERCOSUR, simbólicamente, luce la Cruz del Sur),
etc…
La integración es una
integridad donde, en su complejidad, tiene cabida el amor…
Quizás esta nota
-vivencial- esté llena de imperfecciones… pero como la integración regional es
un histórico camino, tan grande y profundo… yo me pregunto ¿cómo en algo así no
van a caber el sentido, el sentimiento y el amor?
Al final de cuentas, el
amor no se explica…
L´amore non si spiega –
Sergio Cammariere
De todo lo consignado,
interpreto, se desprende mi ideal para el MERCOSUR… y las características
principales del “síndrome de ojos azucarados”… que yo confieso, al sentir que
veo bien, mi renuencia a tratarme… y cuya “cura” se produciría -paulatinamente-
al desimantar, en lo recóndito de cada corazón, el ideario descripto…
Quilmes,
21 de enero de 2018
Continuando con
terminología médica, agregamos un apéndice…
Recomendamos el acceso
y lectura de los siguientes links:
(Situación,
perspectivas y dimensiones de la integración): http://drdanielrosano.blogspot.com.ar/2016/07/diecinueve-anos-despues.html
(Militancia por la
integración...): https://drive.google.com/file/d/1L_MSPJwzBdvnW94Q6DpxwfTTv9tp6cn4/view?usp=sharing
Razón de vivir – Víctor
Heredia
Guarde nos olhos – Ivan
Lins
Ojos de videotape –
Charly García
Olhos negros – Emilio
Santiago y Nana Caymmi
Juan Rulfo escribió
varias cartas a su novia, Clara Aparicio, quien luego sería su esposa (Aire de las colinas, cartas a Clara,
Editorial Sudamericana), terminando una de ellas diciendo: “…Clara: hoy he
sembrado un hueso de durazno en tu nombre”. Cierta vez leí que lo importante de
la siembra no es la cosecha, sino la calidad de la semilla (hueso) que se ha
sembrado… y el amor a Clara, es el mejor fruto de sus sentimientos, de raíces
fuertes, como la vida misma…