Amanecí con un recuerdo…
Hace diez -10- años, el 14 de diciembre de 2006, estaba en
Brasilia (por la Comisión Permanente del MERCOSUR del COLPROBA y por la
Comisión de la Abogacía del MERCOSUR del CCSC) para asistir a la sesión solemne
destinada a la constitución del Parlamento del MERCOSUR.
Casi quince -15- años
después de la firma del Tratado de Asunción, a finales de 2005, se suscribió y
aprobó el Protocolo Constitutivo del ParlaSur. En una sesión especial en el
Congreso Brasileño, en diciembre de 2006, se instaló y, en mayo de 2007 en
Montevideo, se realizó su primera sesión ordinaria (al presente, ha celebrado
44º sesiones ordinarias).
Quizás uno de los mayores desafíos sea garantizar la elección
directa de todos sus integrantes (hasta el momento, sólo Paraguay y Argentina la
concretaron).
Soy consciente que dentro de las más ásperas críticas que recibe
el ParlaSur están las que ven en su creación solamente un refugio para más
burocracia y la que carece de facultades legislativas…En mi opinión, eso no
significa que “no sirva”…el error está siempre en apuntar aquello que, por el
momento, no puede realizar (y no nos adentraremos aquí en la cuestión de la
supranacionalidad) y, además, en no resaltar lo que sí puede tornar operativo…Entretanto,
lo que se debería poner a marchar son todas sus competencias…Especialmente, la
que tiene directa implicancia sobre la internalización de las normas.
Me produce un profundo rechazo y disconformidad las constantes diatribas
(expresando desprestigio y ridiculización…producto de pensamientos estrechos,
pero que hacen mucho daño) de ciertos programas (Periodismo Para Todos), medios
de comunicación y de la Parlamentaria Mariana Zuvic del espacio político Cambiemos.
En el mismo sentido, la actitud del Poder Ejecutivo Nacional, de no abonar las
dietas de los Parlamentarios, lo que ha originado sendos reclamos.
Ahora bien, meses antes de la (recordada) sesión de Brasilia, en
Córdoba, en una Audiencia Pública, exponíamos:
“-Señor Presidente de la Comisión
Parlamentaria Conjunta del MERCOSUR - Sección Argentina, Diputado Nacional
Alfredo Atanasof,
-Señor Presidente de la Comisión de
Relaciones Exteriores de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación,
Diputado Jorge Arguello,
-Autoridades de la Provincia de Córdoba,
bajo los auspicios de quienes nos
permitimos saludar a los demás integrantes de esta mesa y a los invitados que
nos honran con su presencia.
-Señoras y Señores:
Es un motivo de especial satisfacción
encontrarnos esta tarde en esta Legislatura para participar de la 3° Audiencia
del “Ciclo Parlamento MERCOSUR - La Voz de los Ciudadanos en la Integración”
cuyo objetivo central es escuchar a los ciudadanos del MERCOSUR e intercambiar
opiniones y proyectos sobre la futura instalación del Parlamento del MERCOSUR.
Venimos en representación del Colegio de
Abogados de la Provincia de Buenos Aires
(COLPROBA), que es una institución que nuclea a los 18
Colegios de Abogados de la Provincia de Buenos Aires y atesora ser fiel
custodio de la justicia y del estado de derecho. Cuando las autoridades nos confiaron esta
representación que nos honra, estábamos seguros que el emprendimiento era
viable porque contábamos para ello con la colaboración de quienes nos acompañan
a diario en la Comisión Permanente del MERCOSUR del COLPROBA y, más
recientemente y con un carácter federal/nacional, en la Comisión para la
Abogacía del MERCOSUR del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil de la
Cancillería Argentina. Qué agradable, entonces, tener la oportunidad de
dirigirnos a Ustedes en este magnífico auditorio.
Comenzaremos diciendo que estamos
convencidos que el futuro, un futuro mejor, para nuestro país, pasa por el
MERCOSUR; por la integración de la “Patria Grande”. Como clara señal de
fortalecimiento institucional en el MERCOSUR, está emergiendo un Parlamento
que está guiado, entre otras cosas, por el fin de superar etapas anteriores en
el proceso en marcha y abrir nuevos horizontes.
Anhelamos dejar bien expuesto que este
Parlamento debe ser fiel a su origen; debe ser orientador con su voz de una
nueva época del MERCOSUR. Sin embargo, aún no es momento de
conmemoraciones; se vislumbran por delante años de mucho trabajo en los cuales,
entendemos, no faltarán las fuerzas pues, los actores involucrados, jamás
dejarán de cumplir el compromiso asumido, por ejemplo, como legisladores y, en
lo particular, como abogados en representación de la abogacía organizada de la
Provincia de Buenos Aires, que exige de nosotros estar a la altura del proyecto
de integración del cual nuestro país es uno de sus principales impulsores.
Creemos que el momento es oportuno para
recordar lo que decía Jean Monnet: “...unir a los hombres, resolver los
problemas que los dividen, hacerles ver su interés común, porque aunque nada es
posible sin los hombres, nada es duradero sin las instituciones”.
El Parlamento del MERCOSUR, deberá ser un
refugio de valores. Lo imaginamos con
las virtudes de la juventud, como por ejemplo el entusiasmo; y los atributos de
la vejez, como por ejemplo, la experiencia y la prudencia. Un Parlamento que, como institución del
MERCOSUR, deleitará las vocaciones jurídicas y enriquecerá la doctrina del
Derecho de la Integración, rama del derecho que goza del beneficio y desafío
propio de la juventud; casi todo está por hacerse y casi todo parece posible.
El futuro Parlamento del MERCOSUR, deberá
hacer todos los esfuerzos necesarios para que, en la órbita de la integración y
sin perder de vista sus características específicas, se promueva el bienestar
general sobre la base de la libertad, la seguridad jurídica, la cultura y el
respeto irrestricto por las ideas de todos;
en otras palabras, deberá estar abierto a todas las corrientes de pensamiento. Deberá
crear su propio estilo al desarrollar los ámbitos de su competencia y ojalá que
en esta senda, nunca olvide que representa al pueblo mercosureño.
Los Parlamentarios que integren el
Parlamento del MERCOSUR, deberán ser conscientes del enorme compromiso que
tendrán con la sociedad regional que espera de ellos. Espera que respondan, que
se den cuenta que existen problemas que nos son comunes y que den cuenta ante
ella del desempeño de su función; y, además, que entablen con la misma una
relación de ejemplaridad. Por el lugar que ocuparán, deberán ser propulsores de
un verdadero cambio de calidad en el MERCOSUR.
El Parlamento del MERCOSUR puede ser una
excelente “caja de resonancia” para profundizar el análisis del proceso de
integración regional; ver
los avances en materia política, económica, social, científica y cultural; y
también, para detectar limitaciones o dificultades de orden intrarregional o
extrarregional.
En este orden de ideas, coincidimos plenamente
con lo que se expresa en el prólogo de una reciente publicación que nos
permitimos transcribir: “...el MERCOSUR ha vivido varias etapas y diversos
momentos que pueden registrarse como trascendentes. Finales del 2005 se
recordará, entre otras cosas, por la aprobación del Protocolo que constituye el
Parlamento del MERCOSUR...Muchos dicen...que en este cuadro de situación, la
creación del Parlamento del MERCOSUR es improcedente, además de que genera más
costos y más burocracia. Se trata
precisamente de lo contrario. Para sacar al MERCOSUR de este estado de
situación es necesario profundizar y democratizar el proceso de integración. La
salida del MERCOSUR es más y mejor integración. Y para ello, como ocurre en los
propios países, el rol del Poder Legislativo y de los partidos políticos es
absolutamente imprescindible”[1].
Hemos dicho antes de ahora que los
procesos de integración tienen grados o etapas, se van construyendo de a poco y
la forma de viabilizar la integración es por el camino del gradualismo. No es nuestra intención detenernos, en esta
oportunidad, ni en el análisis de los conceptos, ni en las diferencias
existentes entre cada uno de los que podríamos denominar peldaños o fases de
los procesos de integración[2]. Sí queremos, sin
embargo, hacer hincapié en una noción que debe ser -y está siendo- revisada: la
de soberanía. Se la consideraba como
poder supremo, indivisible, imprescriptible, absoluto y perpetuo de una
República, no limitado, ni en poder ni en responsabilidad, ni en tiempo. Este criterio absoluto fue disminuyendo con
el tiempo; el concepto no se mantuvo incólume. Jean Monnet también nos decía
“que las soberanías nacionales están superadas desde el momento en que no
permiten ya a los pueblos europeos vivir al ritmo de su tiempo en la era de las
grandes potencias. Cara a Estados Unidos
y a la Unión Soviética, que salen reforzados de la Segunda Guerra Mundial, los
países del viejo mundo no tendrán más elección que la marginalización o la
unión. Esta unión sólo podría provenir
de una nueva opción, la de hacer gestionar los intereses comunes por
instituciones democráticas y eficaces. Estas instituciones no deben competir o reemplazar a las instituciones
nacionales, sino que deben organizar con ellas relaciones de complementariedad
y actuar en los ámbitos donde la actividad nacional resulte inadaptada o
impotente”[3].
No obstante lo anterior, la simple idea de
perder soberanía, poder, competencias, siempre generará alguna resistencia. Empero,
baste decir que los países europeos no sólo no han dejado de conservar su
individualidad e independencia sino, por el contrario, las han afirmado con la
construcción de la Unión Europea. Por otra parte, no solamente deben verse los
costos sino también, como algunos autores expresan, “la posibilidad de generar
importantes ámbitos donde el compartir regionalmente ciertos derechos
representa en realidad un incremento del potencial económico y la capacidad de
negociación nacional efectiva”[4]. Creemos que la
conformación del Parlamento del MERCOSUR, en cierta medida, nos abre una puerta
más a la redefinición del concepto de soberanía; aunque, como bien señala Oscar
Casal, “las características de este Parlamento...de ningún modo generan
obligaciones directas en el derecho interno de los Estados Partes y de ningún
modo este Parlamento representa una estratificación jerárquica superior a las
establecidas en las cuatro Constituciones Nacionales”[5].
Si bien no es la ocasión de detenernos en
las notas distintivas del Derecho Comunitario ni en conceptos tales como
supranacionalidad, órganos intergubernamentales, aplicación inmediata y directa
de las normas, etc., percibimos, y creemos no equivocarnos, que si bien pueden
generarse algunas dudas respecto a qué modelo de integración seguir, ellas se
aventan en su gran mayoría, no son tales, frente a la propuesta concreta de
instituir un parlamento. Ahora bien, no
podemos dejar de señalar que la voluntad de integrarse de los Estados debe
manifestarse también a través del derecho.
Debemos ser muy conscientes de la importancia que el derecho tiene en
los procesos de integración que demandan, necesitan, una consistente y firme
construcción jurídica.
Ello así, y volviendo a mirar las cosas
con un prisma político, es menester puntualizar que los procesos de integración
dependen en su origen y conformación de una decisión política
trascendental. Nadie puede negar la
existencia de factores políticos como, asimismo, de una dimensión política que,
en relación al MERCOSUR, no puede ni debe dejarse de lado. Hablar de un
Parlamento del MERCOSUR, es hablar de la dimensión política del proceso de
integración. Todo nuestro país está involucrado; y es el proyecto de país
insertado en el MERCOSUR y, desde el mismo, en el mundo[6]. Se ha afirmado, y creemos con razón, que
el Parlamento del MERCOSUR será un espacio permanente de la política y de la
ciudadanía en la integración[7].
El Parlamento del MERCOSUR es un avance
para seguir avanzando. Hay muchos temas por delante: por ejemplo, la seguridad
jurídica; el proceso de incorporación normativa; asimetrías constitucionales;
armonización legislativa, etc.
Para ir concluyendo resaltamos, en primer
lugar, que es muy auspicioso que el Protocolo Constitutivo del Parlamento del
MERCOSUR haya ya iniciado su camino para entrar en vigor[8]. En segundo lugar,
sostenemos que estas audiencias contribuirán ampliamente a profundizar el
camino que transitamos en aras de alcanzar una mayor integración desde todas
las aristas involucradas en el MERCOSUR.
Nos resta agradecer la oportunidad para
expresar en voz alta estas reflexiones, en la representación invocada, ante
Ustedes, tan selecto y calificado auditorio.
En representación
del Colegio de Abogados de la Provincia de
Buenos Aires”
Años más tarde, en 2010, desde la Comisión de la Abogacía para el
MERCOSUR del CCSC, alcanzábamos la aprobación del Acuerdo de Cooperación entre
el Parlamento del MERCOSUR y el Consejo Consultivo de la Sociedad Civil de la
Cancillería, en cuyo exordio se reconoce que tal Acuerdo surgió a iniciativa de
la prenombrada Comisión.
El texto puede leerse aquí:
Cuántos afanes…
Todo a Pulmón - Alejandro Lerner.
Como un niño, aún lo espero todo del ParlaSur.
[1]Véase,
Casal, Oscar: El Camino hacia el Parlamento del MERCOSUR; Fundación Friedrich
Ebert Stiftung Representación Uruguay, Montevideo, 2006, pág. 7.
[2]Conf.
Rosano, Daniel H.: Situación, Perspectivas y Dimensiones de la Integración; en
la Revista Jurídica de Doctrina del Colegio de Abogados del Departamento
Judicial de Quilmes, año 2, n° 2, noviembre de 1997, pág. 149.
[3]Conf.
Monnet, Jean: Un Gran Proyecto para Europa; Documentación Europea, año 1988,
pág.7; citado por Roberto Ruíz Díaz Labrano en su trabajo Supranacionalidad e
Integración; en el libro V Encuentro Internacional de Derecho de América del
Sur: La Integración hacia el Siglo XXI (Alencar M. Proença y Stella M. Biocca -
Org.), Educat, Pelotas, Rio Grande do Sul, 1996, pág. 195.
[4]Conf.
Mellado, Noemí B. y Urriza, Luis M.: Integración, Derecho Comunitario y
MERCOSUR; en la Revista Mundo Nuevo del Instituto de Altos Estudios de América
Latina de la Universidad Simón Bolívar, Caracas, año XVII, n°s. 1/2,
enero-junio de 1994 (63-64), pág. 138.
[5]Conf.
Casal, Oscar, ob. cit., pág. 16.
[6]Conf.
Rosano, Daniel H. ob. cit., pág. 160.
[7]Conf.
Casal, Oscar, ob. cit., pág. 16.
[8]El
Congreso de la hermana República del Paraguay ha sancionado la Ley número 2925
que aprueba el Protocolo Constitutivo del Parlamento del MERCOSUR. En Brasil, la Presidencia de la República,
encaminó al Congreso el Protocolo. Otro
tanto, se espera de nuestro país en los próximos días. El artículo 23 del Protocolo reza, en su
parte pertinente, así: “1. El presente Protocolo, parte integrante del Tratado
de Asunción, entrará en vigor el trigésimo día contado a partir de la fecha en
que el cuarto Estado Parte haya depositado su instrumento de ratificación”.
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