A propósito del Bicentenario de la Declaración
de la Independencia
En este link, http://www.episcopado.org/portal/actualidad-cea/oficina-de-prensa/item/1244-carta-del-papa-francisco-por-el-bicentenario-de-la-independencia.html
puede leerse la carta del Papa Francisco por el Bicentenario de la Declaración
de la Independencia.
Mismo así, voy a transcribirla -con un enlace y resaltados
propios en negrita-:
“Ciudad
del Vaticano, 8 de julio de 2016.
S.E.R.
Mons.
José María Arancedo
Presidente
de la Conferencia Episcopal Argentina
Buenos
Aires
Querido
hermano:
En
vísperas de la celebración del bicentenario de la lndependencia quiero hacer
llegar un cordial saludo, a vos, a los hermanos Obispos, a las Autoridades
nacionales y a todo el Pueblo argentino. Deseo
que esta celebración nos haga más fuertes en el camino emprendido por nuestros
mayores hace ya doscientos años. Con tales augurios expreso a todos los argentinos
mi cercanía y la seguridad de mi oración.
De manera especial quiero estar cerca de los que más sufren: los enfermos, los que viven en la indigencia, los presos, los que
se sienten solos, los que no tienen trabajo y pasan todo tipo de necesidad, los
que son o fueron víctimas de la trata, del comercio humano y explotación de
personas, los menores víctimas de abuso y tantos jóvenes que sufren el flagelo
de la droga. Todos ellos llevan el duro peso de situaciones, muchas veces
límite. Son los hijos más llagados de la
Patria.
Sí,
hijos de la Patria. En la escuela nos enseñaban a hablar de la Madre Patria, a
amar a la Madre Patria. Aquí precisamente se enraíza el sentido patriótico de
pertenencia: en el amor a la Madre Patria. Los argentinos usamos una expresión,
atrevida y pintoresca a la vez, cuando nos referimos a personas inescrupulosas:
"éste es capaz hasta de vender a la madre"; pero sabemos y sentimos
hondamente en el corazón que a la Madre no se la vende, no se la puede
vender... y tampoco a la Madre Patria.
Celebramos doscientos años de camino de una Patria que, en sus
deseos y ansias de hermandad, se proyecta más allá de los límites del país:
hacia la Patria Grande, la que soñaron San Martin y Bolívar. Esta realidad nos
une en una familia de horizontes amplios y lealtad de hermanos. Por esa Patria
Grande también rezamos hoy en nuestra celebración: que el Señor la cuide, la
haga fuerte, más hermana y la defienda de todo tipo de colonizaciones.
Con
estos doscientos años de respaldo se nos pide seguir caminando, mirar hacia
adelante. Para
lograrlo pienso -de manera especial- en los ancianos y en los jóvenes, y siento
la necesidad de pedirles ayuda para continuar andando nuestro destino. A los ancianos, los "memoriosos"
de la historia, les pido que, sobreponiéndose a esta "cultura del
descarte" que mundialmente se nos impone, se animen a soñar. Necesitamos
de sus sueños, fuente de inspiración. A los jóvenes les pido que no jubilen su
existencia en el quietismo burocrático en el que los arrinconan tantas
propuestas carentes de ilusión y heroísmo. Estoy convencido de que nuestra
Patria necesita hacer viva la profecía de Joel (cf. Jl 4, 1: Puede leerse aquí:
http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PES.HTM).
Sólo si nuestros abuelos se animan a soñar y nuestros jóvenes a profetizar
cosas grandes, la Patria podrá ser libre. Necesitamos de abuelos soñadores que
empujen y de jóvenes que -inspirados en esos mismos sueños- corran hacia
adelante con la creatividad de la profecía.
Querido hermano pido a Dios, nuestro Padre y Señor, que bendiga
nuestra Patria, nos bendiga a todos nosotros; y a la Virgen de Lujan que, como
madre, nos cuide en nuestro camino.
Y, por favor, no te olvides de rezar por mí.
Fraternalmente
Francisco”
Muchas
veces tuve la inmensa responsabilidad, el honor y el orgullo de estar sentado
detrás de la Bandera Nacional y de la del MERCOSUR.
Link
al Comunicado Conjunto de los Presidentes de los Estados Partes del MERCOSUR –
Mendoza – junio de 2012. Obsérvese el Numeral 44.
Siempre
puse lo mejor de mí…tengo la íntima convicción de haberlo hecho bien…(hay cosas que siguen estando en mí
conciencia…son las que hice, las que no pude hacer, que dan, a menudo, vueltas…);
tal vez, alguien haya podido advertir en esos quehaceres al hombre además de “al
abogado” o “al asesor”, y mientras pienso y siento esto que escribo encuentro, rememorando a
Bolívar y hojeando la obra “El General en su Laberinto” de Gabriel García Márquez, una frase que utilicé muchas veces -en tantas reflexiones- cuando
hablaba con quien fuera Secretaria del área (Lucrecia Monteagudo) cuando me
desempañaba como Director General de Integración Regional en la Municipalidad
de Quilmes en la gestión del Intendente Gutiérrez: “…hemos sido ricos y nada
nos ha sobrado”.
Hay
algo intemporal en esto…como de contrariedad entre un desamparo interior y el
anhelo de amparar…
“…Celebramos doscientos
años de camino de una Patria que, en sus deseos y ansias de hermandad, se
proyecta más allá de los límites del país: hacia la Patria Grande, la que
soñaron San Martin y Bolívar. Esta realidad nos une en una familia de horizontes
amplios y lealtad de hermanos. Por esa Patria Grande también rezamos hoy en
nuestra celebración: que el Señor la cuide, la haga fuerte, más hermana y la
defienda de todo tipo de colonizaciones...”.
AMEN.
Sí, “de un sueño lejano
y bello...soy peregrino…” (Atahualpa Yupanqui).
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