Ojos de alcoba
Alcoba espaciosa… tiempos pasados… sensaciones concentradas que punzan el corazón… desde la oscuridad avanzando hacia la penumbra… inquietudes…
Se aproxima el 30° Aniversario del MERCOSUR (26/3/1991 – 2021); el cual, así como el bicentenario (a partir de 1810) del movimiento independentista en Sudamérica, conducen a mi corazón pensativo al poema “Linos” de Juan Guzmán Cruchaga:
“Linos
Linos de ensueños lejanos
y anhelos de primavera
nacieron bajo tus manos
milagrosas, hilandera.
Linos de melancolía
en la quietud de las salas
donde el sol languidecía,
y cobardía en las alas.
Linos de renunciamiento
y albas sendas luminosas,
las quimeras en el viento
y el pensamiento en las rosas.
Linos de oro, linos de oro
del amor que floreciera
las joyas de su tesoro
bajo la noche extranjera.
Linos de nieve y de angustia,
linos de sombra en mi vida;
el ensueño que se mustia
y sufre en la despedida.
Linos de nostalgia, linos
de soledad silenciosa…
va el alma por los caminos
buscando su única rosa…
Tiembla el espíritu y llora
ante la rueca dormida…
¿Duermen tus manos ahora,
hilandera de mi vida?”
Escribí, abundantemente, acerca del proceso de Integración Regional/MERCOSUR…; es una pasión que perdura… más allá del ostracismo… Ello así, porque está en la médula de mi ideario… Hoy por hoy, confieso, me cuesta “semblantearlo”. No obstante quisiera dejar testimoniado, una vez más, que la integración regional puede contar conmigo… lo que me provoca escuchar en las sombras…
Cuenta conmigo – Hugo Jordán
Contemplando a lo largo de su historia, que desde ya excede el 30° Aniversario del MERCOSUR, y proyectando, la integración regional será siempre -y cada vez más- una ardua lucha; un camino sensible que todavía veremos al frente; empero, el concepto integración, es otra cosa… y sólo el alma sabe dónde, ambos, se encuentran…
En la nota “Pensamientos” (clic aquí: http://drdanielrosano.blogspot.com/2020/09/pensamientos.html) consigné que la integración debe estar por encima de lo partidario. Lo ideológico será el proyector… la forma que las fuerzas políticas iluminan e implementan acciones para alcanzar un estilo de concreción.
Mal que me pese, lo crematístico, me arriesgaría a decir, es el tipo de integración regional que la mayoría de las personas entiende y anhela. Es incontrastable el avance del individualismo, de los intereses corporativos y hasta del egoísmo… transformando a los seres humanos en refractarios a aceptar ideas magnánimas.
Recuerdo en este aspecto a Otto Von Bismarck y realizo un paralelismo con la política (queriendo expresar, en realidad, con la integración regional): “…su papel se limita simplemente y en todas las circunstancias: ¿qué ventaja ofrece esto para mi país? ¿Cómo puedo extraer el mejor y mayor provecho? Las consideraciones sentimentales tienen tan poca razón de ser en los dominios de la política como en los del comercio”. (Schussler, W. Testamento Político de Bismarck. Buenos Aires, Pleamar, 1966).
Rememoro a Ernesto Sábato y su afirmación: “La dura realidad es una desoladora confusión de hermosos ideales y torpes realizaciones, pero siempre habrá algunos empecinados, héroes, santos y artistas, que en sus vidas y en sus obras alcanzan pedazos del absoluto, que nos ayudan a soportar las repugnantes relatividades”.
Con qué “cultura” (no por erudición) una gran mayoría se allega a la integración regional? Respuesta: con la del bolsillo; con la economía y el comercio…
¿Habrá algún modo de superar lo que vengo desgranando? Y que, a su vez, sea como mi propia salvación? Porque yo también me obnubilé por otros ideales…
Reitero: la integración regional debe estar por encima de lo partidario; y si bien, ideológicamente, soy afín a lo “nacional y popular” (en contraposición al liberalismo), el humanismo (que nunca olvidé) ha sido causa de inspiración. El hombre debe ser el centro de toda la integración regional. Con ardor quiero ver a los pueblos y, sobre todo, a los niños en la integración sudamericana…
30° Aniversario… transcurrir… y acerca del “Tiempo” discurre Bolívar en su “Delirio sobre el Chimborazo”… También son mis años… donde, de variadas maneras, pude plasmar substancia y el “sabor” de los momentos que aún conservo y creo que nunca perderé. Si la corporizo, dama turgente, hace tiempo que la integración regional no visita mi alcoba… Es como un recuerdo que flota…
Esa mujer que pasó – Marcelo San Juan
En esta alcoba existen rincones con claridades interiores…; despuntan auroras…; puedo soliloquiar…; oír voces distantes…; tomar un jacuzzi de “realidad” y “apoltronarme” en la aversión, por ejemplo, de las actitudes corporativas, mezquinas, conservadoras, ingratas o elitistas de la política o de ciertas instituciones que, en el fondo, son sólo excusas para echar culpas que no asumen quienes deberían hacerlo…
En estos 30 años muchos se han abocado a la integración regional… Sin embargo, no todos comprendieron su significación…
A mi camino de “integración regional” lo sazoné, además, con poesía; músicas; colores; “quijotadas”, afectos; recuerdos, etc. No faltaron, empero, oscuridades, dolores y traiciones… En fin, fue la vida misma…
Retornando al 30° Aniversario del MERCOSUR, oteando el porvenir, acudo -por símil- al Libertador Bolívar cuando desde Jamaica escribió: “Voy a arriesgar el resultado de mis cavilaciones sobre la suerte futura de la América: no la mejor, sino la que sea más asequible”.
Que extraño… siento (sin ninguna premonición) que “alguien” espera este aporte… Seguramente, otra equivocación mía…
Quilmes, 15 de febrero de 2021
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